¿Tienen derechos los animales?

Casi todo el mundo ha crecido visitando zoológicos y circos, comiendo carne y vistiendo cuero. La inmensa mayoría de las personas compró sus amadas “mascotas” en tiendas y mantuvo preciosas aves enjauladas. Vistieron prendas de lana o seda, comieron hamburguesas en grandes cadenas de comida rápida y fueron de pesca. No es lo usual tener en cuenta el impacto de todas estas acciones en la vida de los animales. Pero en algún momento de su vida, las personas se preguntan: ¿deberían los animales tener ciertos derechos?
Para valorar si otros seres deben de tener derechos, algunos se cuestionan: ¿los animales pueden pensar?, ¿pueden hablar?. Mientras que la pregunta que tiene la llave es ¿pueden sufrir?. La capacidad de sufrir es la característica vital que le da a ese animal el derecho a ser considerado con igualdad.
La capacidad de sufrimiento no es como otras características particulares, como la capacidad del habla o las matemáticas avanzadas. Son muchos los animales tienen esta misma capacidad de sufrir al igual que la tiene el Hombre. Los animales sienten dolor, miedo, frustración y soledad. En cualquier situación en la que contemplemos hacer algo que pudiera impactar sus necesidades básicas, es necesario tomarlo en consideración.
¿Qué dicen los organismos internacionales?

El 15 de octubre de 1978 fue proclamada la Declaración Universal de los Derechos de los Animales y, a pesar de que ésta sea de carácter no vinculante, la ONU y la UNESCO le dieron el visto bueno y fue aprobada. Los primeros 4 artículos de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales son especialmente relevantes y su contenido merece ser señalado en estas líneas:
Art. 1:
Todos los animales nacen iguales ante la vida y la tienen los mismos derechos a la existencia.
Artículo 2:
a) Todo animal tiene derecho a ser respetado.
b) El hombre, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho a exterminar a los otros animales o explotarlos violando su derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.
c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.
Artículo 3:
a) Ningún animal será sometido a malos tratos ni a actos crueles.
b) Si la muerte de un animal es necesaria, debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia.
Artículo 4:
a) Todo animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir en libertad en su propio ambiente natural terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse.
b) Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho.
La Declaración Universal de los Derechos de los Animales es accesible en su integridad aquí.

Existe por otra parte la Declaración Universal sobre Bienestar Animal, o DUBA por sus siglas. Esta declaración es una propuesta de acuerdo internacional que busca reconocer a los animales como seres con una capacidad de sentir y sufrir, que tienen también unas necesidades básicas de bienestar que merecen ser respetadas por todos y señala además que la crueldad hacia ellos debe terminar. En caso de ser aprobada por la ONU, la Declaración Universal sobre Bienestar Animal será un conjunto de principios que ayudarán a los gobiernos del planeta a crear o mejorar las iniciativas y leyes para la protección animal.
Son los prejuicios los que nos empujan a negarles a los animales los derechos que nosotros esperamos nos sean reconocidos. Bien sea por una cuestión de orientación sexual, raza, género o especie, los prejuicios son de entrada moralmente inaceptables. Si no estás abierto a comer carne de perro, ¿por qué sí los estás a comer un cerdo?
Ambos animales tienen la misma capacidad de sufrir y sentir dolor, pero debido a un prejuicio que tiene su base en la especie estamos inclinados a pensar en un animal como un amigo de compañía y en el otro como una comida. Estos derechos deberían ser aplicados a todos los animales sin distinción y bajo ningún concepto es viable la aplicación de una tortura a un animal, ya sea la privación de sueño o la privación de comida. Por ejemplo, no es socialmente aceptado negar a un cachorro su pienso para cachorros durante un largo tiempo mientras el animal está hambriento, y así mismo debería ser evitado a toda costa hacer pasar hambre a otro tipo de animal de granja o salvaje.
Debemos dejar de pensar guiados por nuestros prejuicios e ideas preconcebidas y empecemos a considerar a los animales de nuestro mundo por lo que realmente son: animales pacíficos por naturaleza con una capacidad de sufrir y sentir dolor, igual que nosotros.
¿Qué podemos hacer nosotros?

Desde Blua trabajamos únicamente con proyectos éticos con el medio ambiente y con los animales. Si quieres trabajar por los derecho de la fauna salvaje, apúntate a alguno de nuestros proyectos, ¡Y podrás aportar tu grano de arena!
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